domingo, 24 de mayo de 2015

Despertar la memoria de la inexistencia.

POEMA ESCRITO EN PROSA

  Fecha:  viernes 06 de febrero de 2015, 12:39 a.m.

¿Por qué no existe la justicia?
¿Por qué no existe la lealtad?
¿Por qué no existe la peste del amor?
¿Por qué no hay alguien aquí? Maldito universo de mierda, eso es pura mierda.

     No hay dinero, amor, sexo, amigos, éxito, motivación, bienes, riquezas, habilidad, creación, proyección, avances, nada.
No tengo una identidad real, un origen directo progenitor, una historia que contar, ni cultura ni tradición, sólo nada, vacío, silencio, frío, aislado y estático.
Escribir es mi terapia personal, mi espacio es un santuario dimensional, de lo contrario estaría en algún manicomio, en cárcel o muerto. Pero no es así, estoy aquí viviendo un infierno donde me duelen las entrañas, la sangre cuando fluye, cuando pienso, cuando parpadeo, al respirar, muero cada vez que lo hago, duele sentir amor y ser un miserable.
Soy esclavo que se marchita como una flor, como un niño que envejece en su pueblo para no ser recordado jamás, valorado ni amado.
Mediocridad, amarga y canceroso como el hígado o el colon… arden las ideas y los sueños; se van, explotan y caen al río de agujas, ahogándose, consumiéndose con las manos vacías, sin alma sin aliento.
¿Qué hace que existamos aquí?
¿Por qué existe la existencia?
¿Hay alguna forma de volverme loco, para ya no sentir o existir?

Hora: 02:24 p.m. Lugar: Café Sabina, Tijuana.

Un perro que fingía ser mi amigo me ha mordido por el cuello, me ha herido pero el dolor será tratado. Una pesadilla me persigue, un campo de atletismo, una carrera injusta, una bola grande quiere desplazarme, se hace muy grande, me da miedo, todo parece estar anaranjado y es pequeño ese lugar.
Voy sobre un pasillo, todo es blanco en el entorno y sofocado, cerrado y sin salida… veo letras colocadas en las paredes, en el suelo, en el techo, en cualquier parte, son negras y grotescas; hay un centro que parece tener la salvación, pero no hay camino que seguir, debo regresar por donde vine; la historia se repite, letras y letras y más letras. El gran temor es encontrarme con la “W”, no puedo caer en esa grafía porque es un terror (work, weed, world, wait).
Carros pasar como cualquier día jodido, gente que sale a comer a restaurantes de prestigio, cafés superficiales, lava-carros para lucir mejor ante gente que no le interesas, casas de cambio y gasolineras que te roban el dinero, se esfuma la esperanza colectiva, altos y semáforos adornan la ciudad capitalista, gente desesperada en el tráfico, vagabundos sin comer, mujeres con un bote seco de alguna comida rápida esperando que le depositen monedas, un dólar no importa, estudiantes que gastan el dinero que nada les costó; hace frío, estoy solo, una silla vieja y unas cuantas personas que desean vivir, esperan algo mejor, un milagro que los saque de su miserable vida.
Qué más da, eso soy, un cuerpo miserable, una mente corrompida que no puede escapar de sus pensamientos, de mis valores más pendejos, odiando la mojigatería de las mujeres más putas de la tierra, los letreros conductistas, los libros más leídos y chupados por quienes temen no pertenecer a algún grupo social… eso es lo enfermizo de la vida. Porque siendo esclavo de mis ideas soy libre en la negación, en la necedad pero soy un individuo que me he sentenciado para toda la vida. He regresado a mí, a lo más salvaje y detestable de la personalidad; no hay futuro, no hay caminos, no hay razones, no hay nada justificado en la vida, más que la justificación del poder.
     Poder absurdo que me aplasta la razón, la idolatría a la nada, el existencialismo banal, vulgar, excesivo, perverso y morboso… métanse todos una pluma fina en el culo, traguen luces navideñas, cada uña de sus dedos serán arrancadas cuando renazcan en esta vida, en la experiencia de la soledad, el desprecio, en la crítica, cuando juzguen, cuando maten y reten con su mirada de hipocresía.
Símbolos patrios, calles madreadas igual que sus vidas, estructuras que matan la inocencia, sistemas que arrancan los sentimientos de papel, como niña adolescente que aspira a ser el centro de atención: así son todos en esta vida en cualquier edad, madurez podrida, nadie sabe reconocer la belleza, lo intacto, lo leal cuando te abres a la persona que deseas en tu vida y te acepte tal cual como eres… este escrito es para despertar la memoria de mis días de la inexistencia. No existo, no estoy, no soy. No me conozco, no tengo nombre, no tengo hogar, no hay a donde ir ni a donde regresar. Esta es mi cabeza poética, donde existo cuando olvido, si me recuerdas sólo será una pesadilla inconclusa por las madrugadas, una oportunidad de sueño, de ser feliz, de ocupar un lugar en esta vida de sufrimiento, si me olvidas existo en otra parte, en la utopía, en la ignorancia. ¡Que vivan los pobres de corazón, de mente, de cuerpo, de acciones!; pobres en ideas, de palabras, de abandono, de la muchedumbre, de lo popular, de los que nunca serán, de los que jamás serán amados...
Muero, desaparezco, suicidio mental, me voy, me largo, huyo, corro, dejo todo, disparo, envenenado estoy… me reinvento, me autodestruyo, me auto-transformo, existo en muchas partes de mi cabeza pero ninguno es real, ni siquiera este cuerpo físico.  
     Vomito en el vientre, en el corazón, en todo lo que existe, en lo dadaísta de las cosas, perdido en las palabras, en la complejidad, en este universo bastardo y oxidado.



"Esto no es una pipa." Magritte. Surrealista.